PRÓTESIS
Los sustitutos más eficaces de tus dientes
El hecho de perder dientes que no se ven, y que en un principio no impiden la masticación será el inicio de una desorganización progresiva de toda la dentadura, que a corto plazo no creará ningún problema funcional, pero que con los años conducirá a la aparición de caries y enfermedades de las encías, y a una mayor tendencia a acumular restos alimenticios porque los dientes se desplazarán y se irán abriendo espacios, lo que será causa de un mal aliento.
Hoy en día, la reposición de los dientes y las muelas perdidas se puede llevar a cabo de dos formas:
- Mediante dentaduras de quitar y poner: prótesis removible.
- Mediante dientes fijos con fundas o implantes: prótesis fija.
- Prótesis mixta: es una combinación de las dos.
Ambos sistemas bien planificados y realizados son muy eficaces y satisfactorios. Pero eso sí, han de estar bien mantenidos para lograr que duren el máximo de tiempo posible. De todas formas, siempre que sea posible es mejor una prótesis fija que una removible.
Preguntas frecuentes:
De ninguna manera. Las prótesis cuando salen del laboratorio todavía no son un producto sanitario apto para el consumo. Necesitan ajustes en boca para realizar su función según las necesidades del paciente, ya que los dientes tienen cierta movilidad y las encías y el paladar son ligeramente deformables, a diferencia de los moldes de escayola con los que trabaja el laboratorio. Por eso, es en la propia boca donde deben terminarse las prótesis y permitir su manejo. Sin estas adaptaciones realizadas por el odontólogo las prótesis pueden ser peligrosas, llegando a causar desde heridas y reabsorciones de hueso, hasta lesiones que pueden hacerse crónicas e incluso malignizar.
Sin duda, las revisiones e higienes periódicas evitarán el deterioro, y permitirán poner remedio a los problemas bucales. El profesional es el que determinará la frecuencia de visitas a las que se ha de acudir, pero por norma general se recomienda hacer revisiones cada seis meses.
Sí, siempre que haya suficientes apoyos para que las fuerzas de masticación se distribuyan de forma mecánicamente aceptable para el hueso de soporte. Será el dentista el que podrá aconsejar en cada situación.
Los dientes han de tallarse lo necesario para conseguir un perfecto ajuste y sellado de las prótesis en toda su periferia, es el único modo de prevenir caries recurrentes o inflamaciones de las encías colindantes.
Esto no es bueno, sin embargo las ventajas superan a los inconvenientes. Tampoco parece bueno hacer un corte en el abdomen para extraer un apéndice inflamado, pero puede ser necesario.
Siempre que sea posible, es deseable colocar prótesis fija.
Los ganchos si se limpian adecuadamente todas las noches y se mantienen brillantes donde contactan con los dientes no producen caries ni desgastan los dientes. Eso solamente ocurrirá cuando se limpien mal y estén cubiertos de microbios, que producen ácido y desmineralizan el diente. También es verdad que la calidad del esmalte puede influir, además del buen diseño de los ganchos y de la higiene del paciente.
El principal es que se produzca una reabsorción del hueso alveolar sobre el que en un día se asentaron los dientes. Esto puede ser un problema si en un futuro uno quiere cambiar la prótesis por unos implantes.
Otra complicación puede ser la aparición de erosiones y ulceraciones, que en casos extraños pueden degenerar en lesiones malignas. De ahí la importancia de realizar revisiones periódicas.
Depende de la edad y de la salud del paciente. En general NO, pero pueden esperarse muchos años de uso satisfactorio, sobretodo si se tiene un cuidado en cuanto a higiene y unas visitas de mantenimiento mínimas al año para detectar cualquier anomalía antes de que sea demasiado tarde.
Para evitar desplazamientos de los dientes contiguos u opuestos, pues pueden ser peligrosos para los procesos de masticación.